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San Ricario, presbítero

La ciudad de Abbeville presume de que su nombre se deriva de la abadía de San Ricario, a la que pertenecía en otra época eI terreno en que se levanta la ciudad. San Ricario nació en Celles, cerca de Amiens, cuando la población de la región era todavía pagana en su mayoría. Los habitantes recibieron con recelo a dos sacerdotes irlandeses que habían desembarcado en la costa y querían cruzar por la región; si Ricario no les hubiese protegido, su vida habría corrido peligro. Para demostrarle su gratitud, los sacerdotes instruyeron a Ricario, quien concibió el deseo de hacerse sacerdote. Después de haberse preparado con grandes penitencias, recibió las órdenes sagradas y partió por algún tiempo a Inglaterra, a lo que parece, para aprender la ciencia de los santos.

A su vuelta a Francia, empezó a predicar con gran celo y éxito. Ejerció particular influencia sobre Adalbaldo y su esposa santa Rictrudis, habló al rey sobre los peligros y vanidades del mundo y sobre sus responsabilidades. «Los que obedecen, sólo tienen que dar cuenta a Dios de sí mismos -declaró-; pero los que mandan tienen que dar cuenta de todos sus súbditos». Siendo ya anciano, san Ricario renunció al gobierno de la abadía que había fundado en Celles y se retiró a una ermita, donde pasó el resto de su vida con uno de sus discípulos, llamado Sigobardo. La ermita fue más tarde sustituida por el monasterio de Forét-Montiers, entre Rue y Crécy.

Su compañero Sigobardo escribió su primera «Vida». El monasterio de Forét-Montiers se fusionó después con el de Celles y fue renombrado Saint-Riquier. Cuando Carlomagno decidió pasar allí una Semana Santa, el sabio Alcuino, su acompañante, escribió un «Vita» de Ricario en latín elegante, muy meritoria para un santo tan importante, «comparable sólo a los apóstoles por los milagros que hacía».

Existen dos biografías importantes de San Ricario: la de Alcuino y la de Angilramno. Ambas se hallan en Acta Sanctorum, abril, vol. III, y en Mabillon. Ver también Corblet, Hagiographie d'Amiens, vol. III, pp. 417-462; y Monumenta Germaniae Historica, Scriptores Merov., vol. II, pp. 438-453, donde se encontrará la biografía en verso de Hariulfo.