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San Teonesto, mártir

La única fuente antigua que recuerda a san Teonesto es la vida del santo obispo vercellés Eusebio, en la cual se dice que el obispo quería ser sepultado junto a las reliquias del mártir, veneradas en un pequeño santuario en la zona sepulcral fuera de los muros de la ciudad de Vercelli. Sólo hay esta noticia para averiguar la identidad del santo, desconocido de cualquier otra fuente hagiográfica. El texto de la «Vita Eusebii», escrito hacia el siglo VIII -por tanto ya lejano de los hechos que narra-, afirma que Eusebio había erigido él mismo ese santuario en el que reposaban los restos del mártir, lugar que fue luego engrandecido y transformado, a fines del siglo IV, en la primer basílica eusebiana. Cuando, a finales del siglo XVI, la estructura de la iglesia fue progresivamente demolida para dejar el puesto a la actual catedral, se encontraron nuevamente los sepulcros del santo obispo y de Teonesto, uno junto a otro, tal como transmitía la noticia el deseo de Eusebio. Sobre la tumba del mártir una inscripción cruciforme, luego perdida, indicaba «S. MARTIR THEONESTUS», que podría situarse en la época eusebiana.

Si tal datación es correcta, se podría afirmar que el santo era un miembro de la primitiva comunidad vercellesa, anterior a Eusebio y quizás anterior a la paz constantiniana, que testimonió la fe con el sacrificio de su propia vida. Después de su muerte los restos fueron sepultados en un cementerio donde se enterraban cristianos y paganos, sin particular distinción; la inscripción deja suponer que la tumba contenía no sólo reliquias sino el cuerpo entero del mártir, lo que sólo podría confirmarse analizando los restos atribuidos a Teonesto, hoy en un nicho bajo el altar mayor de la llamada «Madonna dello schiaffo», en la catedral de Vercelli.

En la ciudad y diócesis de Vercelli, Teonesto, aunque es celebrado litúrgicamente el 20 de noviembre, no goza de un especial culto popular, al punto que su iconografía es inexistente, y su nombre no está asociado a ningún patronato en especial, aunque paradójicamente la autenticidad de su memoria cultual tiene tan sólidas, aunque escasas, garantías de credibilidad histórica.

Traducido y resumido para ETF de un artículo de Damiano Pomi.