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San Vicelino de Oldenburgo, obispo

Vicelino, el futuro apóstol de los wendos en el actual distrito de Holstein, nació en Hameln, a orillas del Weser, hacia el año 1086. Hizo sus estudios en la escuela de la catedral de Paderborn y llegó a ser director de la escuela de Bremen y canónigo de la catedral de dicha ciudad. Aunque no consta con certeza, se cuenta que estudió también en Laón en Francia. Después de recibir la ordenación sacerdotal de manos de san Norberto en Magdeburgo, empezó a evangelizar a los wendos y a otras tribus en 1126. Su apostolado duró más de veinte años.

San Vicelino se estableció primeramente en Lübeck y fundó allí la primera iglesia. Esa deliciosa ciudad fue una de las primeras víctimas de los bombardeos de saturación durante la segunda guerra mundial. Poco después de la llegada de san Vicelino murió su protector, de suerte que el santo tuvo que emigrar a Wippenthorp, cerca de Bremen. Era incansable en la predicación y la enseñanza, y tuvo gran éxito en la evangelización, pero las guerras le obligaron a recomenzar varias veces el trabajo, como sucedió a tantos otros misioneros de la época. Con el deseo de establecer un centro permanente, san Vicelino fundó en Hostein el monasterio de canónigos agustinos, que más tarde se llamó Neumünster. Uno de los discípulos que tuvo ahí fue el cronista Helmold. Más tarde, el santo fundó otro monasterio en Högersdorf y empezó a construir un tercero en Segber. Los misioneros obraron numerosas conversiones. Todo iba bien, cuando una súbita catástrofe destruyó su obra. En efecto, los piratas obotritos (eslavos) invadieron la región, la devastaron, la saquearon e incendiaron las casas, ensañándose particularmente contra los cristianos, a los que mataron o expulsaron del país. Los misioneros de Lübeck consiguieron huir a tiempo y se ocultaron en los pantanos, con el agua hasta el cuello, hasta que llegaron sanos y salvos a Bishorst. Sin embargo uno de los misioneros, Volkerio, a quien se califica de «hermano de gran sencillez», pereció por la espada. Los otros monjes lograron escapar con los libros y reliquias del monasterio, que fue arrasado.

A pesar de la oposición de Federico Barbarroja, san Vicelino fue elegido obispo de Staargard (actualmente Oldenburg) de Holstein, en 1149. No consta que haya llegado a tomar posesión de la sede. Como quiera que fuese, una parálisis inmovilizó a san Vicelino tres años más tarde. Pasó los dos últimos años de su vida amargado por la enfermedad y el sufrimiento, en la abadía de Neumünster, donde murió el 12 de diciembre de 1154. Su fiesta sigue celebrándose en el noroeste de Alemania.

Helmold, a quien mencionarnos en el artículo, habla de la obra misional de san Vicelino en su Chronica Slavorum; muchos de los datos de Helmold proceden del propio san Vicelino. Dicho relato se encuentra en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores, vol. XXI. Véase también Kreusch, Kirchengeschichte der Wendenlande (1902) ; Krimphove, Die Heiligen und Seligen des Westfalenlandes; A. Hauck, Kirchengeschichte Deutschlands, vol. IV; y Acta Sanctorum, marzo, vol. I (para el beato Volkerio, no inscripto en el Martirologio actual). Cuadro: Vicelino distribuyendo comida a los necesitados, óleo de C.W. Eckersberg, 1812.