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Santa Monegunda, monja

Santa Monegunda, que nació en Chartres, tenía sus delicias en las dos hijas que Dios le concedió en su matrimonio. Cuando la muerte se las arrebató, la santa, abrumada por el dolor, determinó abandonar el mundo y consagrarse enteramente al servicio de Dios, pues temía que la pena la hiciese concentrarse en sí misma y olvidarse de su Creador. Así pues, con el consentimiento de su esposo, se construyó una celda en Chartres y se recluyó en ella. La celda tenía por todo mobiliario una estera, en la que la santa tomaba su corto reposo. Su único alimento era un poco de pan de avena mojado en agua. Más tarde, Monegundis se trasladó a Tours, donde siguió viviendo en la misma forma, en una celda próxima a la iglesia de San Martín. Con el tiempo, se le reunieron numerosas imitadoras, y la celda se transformó en el monasterio de Saint-Pierre-le-Puellier. En la tumba de la santa se obraron numerosos milagros. San Gregorio de Tours nos dejó un relato de su vida

El relato de san Gregorio se encuentra en su tratado «De vitiis patrum». Ver también Acta Sanctorum, julio, vol. I; y Delaporte, «Les principaux saints du diocése de Chartres».